jueves, 25 de junio de 2009

(fragmento)

Era como una regla de la naturaleza. Implacable, implícita, incuestionable.
Él no le hablaba a ella, y por eso tampoco ella a él. Llevaban clases juntos pero jamás se sentaban cerca, no hacían amistades en común. Si por alguna fortuita razón, principalmente académica, él debía hablar de ella o a ella, lo hacía rápido, como queriendo que el momento terminara, y decía su nombre en un tono más bajo que el resto del enunciado.
A veces ella lo odiaba por su indiferencia. Le parecía altanero, narcisita, prejuicioso, prepotente, machista, y hasta racista, porque el cabello de ella era casi rubio y su tez, mucho más clara.
Otras veces, las menos, ella lograba mantener su mente ocupada en otra cosa, como poner atención a la clase, y ganar un día menos de gastar sentimientos en él.
Algunas veces, ella deseaba su muerte.
Empezaba a olvidarlo bajo el argumento de que la estatura de él era mucho menor; lograba convencerse de que la recta que dicta que el hombre debe de ser más alto que la mujer no era solamente social, sino natural, tal vez incluso divina, y por lo tanto inquebrantable. Él no era para ella.
Pero entonces se enteraba de que él tenía novia... y la susodicha era cuando menos siete centímetros más alta que él, sin usar tacones. Y cuando menos siete veces más guapa que ella, sin arreglarse... así, el odio volvía de nuevo y había que buscarse un argumento que reemplazara el de la estatura, y seguir así, aboliendo argumento tras argumento, pasando de oleada en oleada, de odio a más odio, etcétera.
El colmo del drama era que las mamás de él y ella eran amigas, y que la mamá de ella era bastante comunicativa. Por lo tanto, si la muda presencia de él en su vida escolar no la volvía suficientemente inestable, podía escuchar noticias acerca de él y los suyos (y de esa, la alta, también) a la orden de, cuando menos, una vez a la semana.
Pero fue así como se enteró de lo que le sucedió a él, o de lo que casi le sucede por primera vez.
La ciudad donde ambos vivían, antes tranquila y pacífica hasta el punto de la aburrición, se había convertido recientemente en un campo de batalla entre el crímen organizado y el gubernamental. Varias bandas de secuestradores aprovechaban la confusión para elevar sus ingresos. Diariamente se sabía de nuevos clientes.
(...)

2 comentarios:

  1. Mafersita, actualiza tu blog :D. Besos

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  2. La historia me recordó mucho a una persona que conozco.
    Me gustaría saber el desenlace. Me mata la curiosidad!

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